Mi nombre es Chao-Yang. Soy parte del equipo de evangelistas del Ministerio Evangelístico Cristo el Salvador (MECES), que compartimos nuestra fe cristiana con el mundo. Quiero compartirte mi testimonio de cómo conocí a Dios y como Él trajo a mi vida un propósito y destino precioso, igual que Él quiere darte a ti.
Soy de Taiwan. Hace cuatro años y medio vine a España como estudiante de intercambio en Valencia. Unos meses antes de venir a España, tuve un encuentro con Dios y desde entonces vivo la vida cristiana. Pero antes de seguir hablándote de mi quiero preguntarte algo: ¿sabes quién es Jesús, Jesucristo? Dios es un Dios en tres personas, el Padre que está en el trono, el Hijo Jesucristo que está a la derecha del Padre en el trono y el Espíritu Santo que está moviéndose en este mundo como la mano de Dios.
Jesús es Dios, y hace unos dos mil años, a través del Espíritu de Dios que concibió en María un hijo, vino Jesucristo a este mundo, como hombre y dejando a un lado Su divinidad, vino a morir por nosotros en una Cruz, derramando Su sangre en ella para pagar con Su muerte la muerte que nosotros deberíamos pagar por haber hecho cosas malas delante de Dios, por nuestros pecados. Jesús sin haber nunca pecado, se sustituyó por nosotros y nos mostró el gran amor de Dios hacia la humanidad, esto es, hacia ti también.
Una vez sabes algo sobre Jesús, quiero seguir contándote mi historia:
Toda mi vida antes de conocer a Jesús, practiqué el taoísmo y adoré a los ídolos como la mayoría de las personas en Taiwan, siendo esto parte de nuestra cultura. Después de conocer a Jesús, mi vida ha sido cambiada completamente en estos años, Dios me ha rescatado de vivir sin Él y con una vida sin rumbo. Además, también algunos miembros de mi familia han tomado un mejor rumbo con Jesús, con Dios. Jesús no solo es mi Salvador, sino también mi Única seguridad y mi mejor amigo.
Mi vida en el pasado siempre estaba buscando la felicidad y el sentido de la vida. Dediqué mi tiempo a ver películas extranjeras y viajé mucho por todo el mundo. Parece que yo no estaba feliz con mi propia realidad y siempre estaba buscando algo más allá de mi realidad.
Sobre el año 2008, viajé por todo el mundo durante aproximadamente 6 a 7 meses. Fue una clase de viaje en busca de mí misma. Pensé que iba a ser feliz al viajar al extranjero y desconectarme de mi patria, pero estaba equivocada. El vacío, la soledad, la falta de sentido y las dudas sobre mi vida me vinieron durante todo el viaje.
En mi última parada del recorrido, llegué a los Estados Unidos, y me alojé en un albergue en San Francisco donde conocí a un chico de Dinamarca. Él fue muy amable y me compró un libro llamado “Una vida con propósito”, escrito por Rick Warren. Es un libro cristiano.
Me conmovió porque él no me conocía, pero gastó entre 10 y 15 dólares para comprarme un libro. Al leerlo un poco, realmente no sabía de qué se trataba y sentí que los objetivos del libro eran difíciles de alcanzar. Así que lo dejé.
Luego, cuando llegué a Taiwán, fui a la casa de una de mis hermanas en Taipei. Cuando entré en su habitación, era totalmente un desastre. Le pregunté: ¿qué te pasa? y me dijo que estaba en una mala situación, que no se sentía bien.
Ella dijo que estaba incluso peor la situación hace unas semanas, pero que encontró un libro en una librería. Para nuestra sorpresa, el libro que encontró fue el mismo que el que el danés me regaló en San Francisco, “Una vida con propósito”. Le dije: ¡Tienes que ir a la iglesia!
Ella fue a la iglesia dos veces, pero luego no continuó yendo. Yo en aquel momento no tenía ni idea de la biblia ni de la iglesia, así que no le insistí para que fuera allí. Sin embargo, a veces por la noche ella gritaba como si estuviera loca estando asustada por cualquier movimiento en la casa, así que la llevé al hospital y la diagnosticaron de esquizofrenia.
Tomó el medicamento que el hospital le dio unas cuantas veces, pero luego se negó a tomar más medicamento debido a los efectos secundarios que daba. Desde entonces, se vio obligada a dejar su trabajo debido a esta situación y estuvo sin trabajo durante muchos años, hasta que fue salvada por Jesús unos años más tarde.
Durante el período de desempleo, ella se quedó con mis padres viviendo en el campo.
En cuanto a mí, en el verano de 2012, traté de examinar mi vida para descubrir por qué no estaba feliz. Me di cuenta de que nada podía darme verdadera satisfacción, ni dinero, ni fama, ni amor de parte de las personas. ¡Me sentí tan vacia en mi corazón!
Entendí que nada era perdurable y que todo era efímero. Quizás lo que buscaba en mi vida era el valor de la eternidad. Cuando la palabra «eternidad» vino a mí, La Biblia y el cristianismo tomaron fuerza en mi mente y mi corazón.
Pensé; si hay una eternidad, la voy a buscar. Así que cogí una pequeña Biblia que hacía mucho tiempo me dieron en la calle y comencé a leer un capítulo de la Biblia todos los días.
Me sentí bien leyendo la Biblia y tuve algo de mejora emocional y comencé a sentir paz en mí. ¡Y es que no sabía que Dios estaba trabajando en mí a través de la Biblia! Después de ese verano, no seguí leyendo la Biblia porque estaba cada vez más ocupada.
En el año 2013, tuve un año miserable, que no voy a abordar aquí ahora. Al año siguiente, en concreto en marzo de 2014, en la misma línea del año anterior, estaba completamente estresada, ya que estaba haciendo un Máster y tuve que terminar el trabajo final antes de finales de junio con mucho apuro.
Un día en el aula con los estudiantes, vino una compañera que era cristiana. Estábamos charlando y casualmente hablamos de religión, entonces le conté acerca de mi experiencia relacionada con el cristianismo, y ella me dijo: «Sabes qué, Dios te ha estado buscando y todavía no lo sabes.”
Después de que llegué a casa, lo que ella me dijo seguía haciendo eco en mi mente, hasta un punto en el que comencé a estallar a llorar mucho. ¡Hacía tanto tiempo que no había llorado!
Al día siguiente, cuando me desperté, me sentí liberada y renovada. Entonces fui de nuevo al aula del día anterior, pero no había nadie allí. Entonces pensando en lo que pasó en esa noche que tanto lloré, pensé: «No puede ser verdad que realmente existe Dios». De repente, sonó mi móvil y en la pantalla salió el nombre de la amiga cristiana que me habló el día anterior en el aula.
Pensé que ella me había llamado para hablarme de Dios, así que estaba muy feliz de contestar el teléfono. Pero no era ella. Fue mi dentista quien me llamó para cambiar una cita. En realidad, no guardé nunca el número de mi dentista en el móvil, ya que no me gustaba en absoluto ir al dentista. No me apetecía recibir una llamada del mismo.
Sin embargo, después de colgar el teléfono, comprobé el número que me llamó y vi que había cometido un error al guardar el número de la clínica, al poner el nombre de mi compañera de clase. ¡Aunque solo fue un error, sabía que no era solo un error, porque podía sentirlo, algo estaba pasando ahí!.
Entonces comencé a preguntarle a mi amiga si podía unirme a los estudios bíblicos que ella realizaba. Desde entonces comencé a buscar a Dios e ir a la iglesia.
Después de empezar a ir a la iglesia, las cosas empezaron a mejorar y comenzaron a haber muchos milagros. En agosto de 2014, vine a España para ser estudiante de intercambio, y Dios comenzó a obrar para cambiar mi corazón y mi relación con las personas.
Así, tras un descanso en Taiwan finalizado el primer año de estudios en Europa, en septiembre de 2015 volví de nuevo a España con el plan de obtener un doctorado. Debido a la burocracia de la universidad, estuve atrapada en dos situaciones serias, pero Dios me habló y trajo respuestas de una forma sobrenatural; Sucedió dos veces, que experimenté una «corriente electrica» en mi brazo y un mensaje entró en mi cerebro diciéndome que revisara mi correo electrónico y mi teléfono. En ambas ocasiones, Dios me reveló su presencia como una respuesta a las oraciones que había planteado a Dios y estas situaciones burocráticas fueron resueltas.
Poco tiempo más tarde, en enero o febrero de 2016, tenía mucha hambre de conocer más de Dios.
Entonces le pedí a mi grupo de amigos cristianos que oraran por mi crecimiento espiritual. Dios comenzó a mostrarme cómo poder conocerlo más y más, hasta que un día cuando estaba orando, Dios me habló audiblemente:
Fue la primera vez que escuché que Dios me habló, así que me sorprendí mucho y pensé que podría no ser algo de Dios. Sin embargo, un mes después, Dios hizo realidad en mi vida y se cumplió lo que me había hablado en aquella ocasión.
Poco después, una de mis hermanas me escribió diciendo que quería conocer a Dios, pues tenía muchos problemas. Ella había adorado toda su vida a otros dioses en la religión budista. Lo cierto es que yo había estado orando por ella desde hacía tiempo.
Entonces comencé a mostrarle cómo orar y le pedí a un amigo mío en Taiwán que la llevara a la iglesia. El Espíritu Santo la tocó al entrar a la iglesia, y ella comenzó a llorar muchísimo. Ella fue bautizada en ese mismo año, ¡Aleluya!
Con el tiempo, Dios comenzó a guiarme para conocer el mundo espiritual. En ese momento, tuve la revelación de parte de Dios de que una de mis hermanas estaba atada por un poder demoníaco, pues como sabemos uno puede recibir esta influencia al abrir puertas en su vida a través de, por ejemplo, la idolatría, la adivinación, las cartas del tarot, el feng shui, la pornografía, las drogas o el alcohol, entre otras.
Al poco tiempo volví a Taiwán y reuní a algunos familiares para orar juntos. Cuando estábamos orando profundamente, de repente mi hermana comenzó a gritar y a convulsionar, manifestándose un espíritu demoníaco a través de ella. Ella no pudo ser libre hasta que con sus propias palabras dijo: !Aleluya! En ese momento comenzó la liberación a través del poder de Cristo. Todos estábamos sorprendidos por toda la noche y no podíamos dormir.
A la mañana siguiente era domingo. Decidimos ir a la iglesia más cercana todos juntos. Antes de ir allí, leí un libro cristiano de devocionales llamado Manantiales en el desierto, y ese día hablaba del versículo Hechos 4.31: «Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios». El ambiente descrito es muy similar al que nos sucedió la noche anterior.
Después de la reunión del domingo en la iglesia, los pastores nos dijeron que mi hermana debería leer mucho la Biblia y escuchar canciones cristianas.
Estuve con mi hermana durante casi 3 semanas juntas leyendo la Biblia, adorando y orando. Ella comenzó a mejorar y sus ojos comenzaron a brillar. Unos días después, otra de mis cuatro hermanas que también había estado en aquella noche de oración, comenzó a ir a una iglesia cerca de donde vivía. Mi hermana que fue liberada y esta última hermana de la que os hablaba se bautizaron en octubre de 2016.
Han pasado dos años desde ese momento, gracias a Dios por salvarme y por lo que está haciendo en mi familia. Sin Dios creo que mi familia se rompería y que todos serían egoístas, pues sin Él vivimos la vida para saciarnos a nosotros mismos y sin amor entre los miembros de la familia.
En el pasado, algunos miembros de la familia miraban a mis padres, a mi y a mis hermanos y hermanos muy mal porque no ganábamos mucho dinero. Pero ahora ellos nos ven de manera diferente al darse cuenta de que tenemos algo que no tienen, y esto es el amor y la Luz de Dios en nuestras vidas.
Queridos oyentes, el versículo bíblico de Hechos 16:31 dice: «Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu familia». Eso es tan cierto. Doy gracias a Dios por su fidelidad.
El cristianismo no es una religión, ni una filosofía. Hay un Dios verdadero que podemos conocer a través de Jesús. Él nos ama y quiere salvarnos de nuestra miseria. Él es la única salida para nuestra vida en todas las áreas; familiar, economíca, relacional, etc. Puede pensar que todas las religiones son buenas porque nos piden que nos comportemos bien.
Pero quiero decirles otra vez que Jesús no se trata de «moralidad» y «buena conducta». Jesús es el único Dios que puede darle la verdadera guía de la vida.
Como dice la Biblia, Jesús es el camino, la verdad y la vida. Así que deja de practicar la idolatría, porque el Único Dios real no reside en los objetos hechos por el hombre. Dios reside en el corazón humilde de quien quiere recibir a Jesucristo como su Señor.
Ahora te animo a que hagas una oración conmigo para recibir a Jesús como tu Señor en tu vida:
«Querido Padre del cielo, gracias por estar conmigo todo el tiempo.
Perdóname por mi ignorancia, por no conocerte y perdona los pecados que he cometido, todas las cosas que no te agradan y que he hecho. Hoy quiero pedirte que vengas a mi vida y me perdones.
Gracias Jesucristo, porque Tú eres Dios y entregaste Tu vida por mí en la Cruz, resucitando al tercer día. Gracias por ser mi Salvador.
Solo quiero seguir tu camino, hago una decisión de dejar todo lo que no te agrada. Envía a tu Espíritu Santo a mi vida para que me guíe y enseñe a comprender Tu Palabra.
Si has hecho esta oración con sinceridad delante de Dios, Él ha perdonado tus pecados y te ha constituido como hijo suyo, por lo que si te mantienes firme en los caminos de Dios hasta el último latido de tu corazón, tu destino será el Cielo, lugar en el que estaremos con Dios por la eternidad.
Gracias. En el nombre de Jesús Cristo. Amén».
Si quieres saber más de Jesús, si necesitas que anotemos algo por lo que quieres que estemos orando, o si quieres que te indiquemos una Iglesia a la que puedas asistir con total libertad y conocer más de Dios, puedes llamar o escribir por wattsapp al teléfono siguiente:
Desde España, 693619324.
Desde el extranjero +34 693619324.
Asimismo, puedes escribir al correo info@meces.org.
¡A partir de hoy tu vida puede cambiar!
¡Que Dios te bendiga!
Evangelista Chao-Yang Lee.
Tuve el privilegio de oírlo de primera mano. Me maravillo de lo grande que es Dios.
E-mail: info@meces.org
Tel.: +34 693 619 324
Desde MECES queremos darte las gracias por todo su apoyo y sus oraciones. ¡Que Dios te bendiga hoy y siempre por ser un amigo y parte vital de la familia de MECES!
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Mesiento orgullosa de ser cristiana y enpirzp a enseñarme cositas que tengo que aprender mucho soy de la yglesia amada