Un domingo de octubre de 2019, nos encontramos en la Iglesia Cristo Vive FADE de Picanya (Valencia – España), reunidos el Pastor Victor Ogalla, Joël D. Álvarez y Chao Yang Lee, dispuestos a entrevistar a un hermano de la citada congregación, siervo fiel del Señor Jesucristo, Antonio Carratalá, el cual está pasando actualmente por una enfermedad física difícil según el diagnóstico médico, pero cuya fe y fiel servicio a Cristo no ha disminuido sino que ha aumentado en medio de la dificultad. Les invitamos a que tomen un tiempo para leer esta extensa y enriquecedora entrevista al hermano Antonio, y que el Espíritu Santo pueda hablar a sus vidas profundamente.
1ª PARTE
Víctor: Bienvenido a esta entrevista. Tu nombre es Antonio Carratalá, eres valenciano. La pregunta que nos planteamos en esta tarde es: ¿Qué pasó el día de tu conversión?
Antonio: Mi conversión no fue de un día para otro, fue una serie de circunstancias. Acepté a Cristo, más adelante me aparté, y luego volví a El. A través de la enfermedad de mi mujer (la misma enfermedad que la que tengo ahora) Dios volvió a llamarme y me dijo:” Tráeme a mi hija”. Y me quedé viudo, con tres hijos.
Víctor: ¿Te has vuelto a casar, pues?
Antonio: Sí. Y tengo dos hijos más. Todos en el camino del Señor. Bien.
Víctor: Dijiste: “la misma enfermedad que la que tengo ahora”. ¿Qué te está pasando?
Antonio: Me detectaron un cáncer de pulmón.
Víctor: Recuerdo que nos diste la noticia un jueves en un culto y es como si no hubiesen echado un jarro de agua fría encima, porque no esperamos en ningún momento la enfermedad ni que nos den noticias malas. Nosotros sabemos que eres un hombre de fe, llevas la reunión de oración en la iglesia e intentas llevar esa responsabilidad con temor y temblor y con integridad. Cuando te sueltan esa noticia, lo primero que piensas, ¿qué es?
Antonio: Mi hijo me preguntó cómo me sentía. Y a la verdad en ese momento me sentía… como decimos aquí en Valencia: no me he ganado el jornal. Así que dije: “Dios, úsame todo lo que puedas mientras esté en esta tierra.”
Víctor: Notabas que querías usar el tiempo de vida que te quedaba lo mejor posible para el Señor. Pues al Señor hay que darle lo mejor.
Antonio: Quiero que me use, sea mucho, sea poco.
Víctor: Eso es ser optimista. Porque hemos visto como a menudo te ahogabas, físicamente te viniste abajo, te fatigabas muy rápido. ¿Qué ha sucedido en estos últimos meses?
Antonio: Me dieron un tratamiento que, en vez de reducir los tumores, los hicieron crecer. Luego tenía muchísima mucosidad y tos. Tosía sangre, estaba ahogándome. Y nada más fallé un día de venir a la iglesia aunque me ahogara. Sabía que Dios tenía algo para mí: en efecto, notaba mucho el amor de los hermanos orando por mí y ayunando. Parece que la Iglesia dio un paso hacia adelante. Todos se pusieron a orar y oran en España y en congregaciones fuera de España, o sea, vivo en una burbuja.
Víctor: Entonces, esta dificultad se convirtió en combustible para nuestra fe, para que busquemos a Dios juntos…y para ti también…te veo fenomenal.
Antonio: Me van a hacer un TAC, pero no me preocupa. Dios me ha dado un plazo, nos ha dado un plazo, pues no sabemos el día que hemos de partir. No somos herederos de este mundo sino de un reino eterno. Parece ser que el cristiano ha perdido su destino y se centra más en el momento de ahora, sin pensar que para Dios no hay ni tiempo ni espacio. Seas mayor, seas niño, no estás exento de que vas a partir un día. Entonces lo que tienes que hacer es buscar el reino de los cielos y su justicia y hacer lo que sea importante para ser un obrero aprobado.
Víctor: Tú estás diciendo la importancia de que Dios sea lo primero, de que te has dado cuenta que cerrarse a lo terrenal es absurdo porque estamos de paso.
Antonio: Efectivamente. Usted, que me oye o lee estas líneas, si le detectaran una enfermedad y le dijeran que en Rusia o en tal país está la cura, probablemente estaría dispuesto a pagar una cuota para el resto de su vida para curar esa enfermedad. Pero al final, aun así un día morirá. Usted se empeña para un poco de tiempo aquí en la tierra, pero para buscar la eternidad, ¿qué hará?
Víctor: Gracias Antonio. Es tremendo oírte.
Joël: Antonio, ¿qué hace que no estés preocupado en medio de tu situación de enfermedad?
Antonio: La fe. Mi reino no es de este mundo. Me preocupo más por los que se quedan que por mí. Me preocupo más por mi mujer y por mis hijos (que no tendría por qué, ya que tendría que entregárselos a Dios) que por mí.
Joël: ¿Qué les dirías a las personas que puedan estar viviendo un momento muy difícil, donde todo parece muy oscuro y sin salida?
Antonio: Pues yo, desde mi enfermedad diría que todo pasa; si quiere Dios sanarme y dejarme aquí, gloria a Dios; si quiere llevarme, gloria a Dios. Todo pasa, todo tiene un principio y un final, solo la palabra de Dios queda. Y la palabra de Dios encarnada es Jesús, el Verbo de Dios.
Joël: ¿Qué les aconsejarías a esas personas, pues?
Antonio: El que tenga que orar, que ore, y el que tenga que trabajar que trabaje; el que tenga que pedir perdón que lo pida, pero sobre todo buscar a Dios. Es el único consuelo que te puede ayudar. Dios nos dejó al ayudador, el Espíritu de Dios. Es nuestro consejero, es nuestra ayuda, a El tenemos que pedir ayuda. Muchos ateos dicen que la religión la inventó la humanidad. Pero Dios es palpable y es verdadero.
Joël: ¿Cuándo entregaste tu vida a Cristo?
Antonio: Hará 10 años. En realidad antes conocía, sabía, había hecho la oración de fe, pero digamos que estaba medio dentro medio fuera. Ha sido todo un progreso.
Joël: ¿Qué recomendarías a los creyentes que se encuentran con una inestabilidad en sus caminos con el Señor, en un arriba abajo, me aparto de Dios, vuelvo…?
Antonio: Primero, si realmente creen en Dios, que no sea una cultura, que la iglesia no sea un club social. Que crean en todas sus promesas. Luego, que busquen de Dios, le pidan a Dios, a través de su hijo Jesús, que les ayude a orar, a hablar con Dios, a tener una relación con él…y a leer la Palabra de Dios.
Joël: ¿Y si no me apetece ir a la iglesia?
Antonio: La Palabra dice que no dejemos de congregarnos como algunos tienen por costumbre. Ya no para edificarte a ti, sino para que tú edifiques a otros, porque juntos, dice uno hace huir a mil y dos a diez mil. Muchas veces el enemigo te pone alguna traba para no ir, y es a lo mejor el día que más te has alimentado de la palabra.
Joël: Muchas veces estas personas, simplemente porque un hermano no les salude, por un roce, algo que no les gusta en la iglesia, se apartan, y pretenden vivir una vida con Cristo sin estar conectados con la iglesia. ¿Qué consejos les darías a estas personas?
Antonio: A la iglesia uno viene a seguir a Dios, no a los hombres. Si la doctrina es sana (para estar seguro de ello hay que leer la Biblia), si no se van por las ramas, pues que no se fijen en el hombre, sino que apoyen la iglesia, ayuden, sean un testimonio para los demás. Uno va a la iglesia para recibir, y para dar también.Seamos piedras de edificación, no de tropiezo. Pero, en fin, si tienes que cambiar de iglesia, que sea la elección de Dios. Díselo a tu pastor para que él se despida con oración y te bendiga. No salgas por la puerta trasera.
Joël: Y a las personas que tienen que esperarse a que venga un problema para acercarse a Dios, ¿qué les recomendarías?
Antonio: Que se den cuenta de que han perdido mucho tiempo; que pidan a Dios que les dé ganas de hablar con El, de orar e interceder por los demás, de leer Su Palabra.
Joël: Sí, ¿pero si no son creyentes y piensan que no necesitan a Dios? Igual tú antes pensabas esto también.
Antonio: No, hace unos 9 o 10 años, sabía que estaba Dios, pero creía que hacía bien buscándolo a mi manera, no congregándome, orando cuando me acordaba. Entonces cuando una necesidad te toca, es cuando te acercas a Dios, de verdad. Te acercas para pedir por los tuyos y por ti, para buscar quien es Dios, para ver como Su mano te puede sacar del problema y ayudar.
Joël: ¿Qué tiene que hacer un incrédulo para reconciliarse con Dios?
Antonio: Pedirle perdón por sus pecados (pues todos hemos desobedecido los mandamientos), arrodillarse y orar, y Dios ya verá su corazón y verá un verdadero arrepentimiento. Luego, dejaremos que el Alfarero nos moldee para que podamos ser usados por El.
Joël: ¿Has conocido alguna vez una persona que no estaba preparada y que aplazó esa decisión de reconciliarse con Dios y fue demasiado tarde?
Antonio: Sé de muchas personas pero yo no soy quien juzga, no sé si han entrado en el cielo o no. Sé de alguna persona que estando con Dios se ha apartado y ha muerto, pero ya te digo no soy yo quien juzga. Dios tiene misericordia o a lo mejor en el último momento aquella persona se arrepintió. Sé acerca de un vecino de mi pueblo que le hablaron de Dios, de Jesús. Por la noche dio su vida al Señor, hizo la oración de fe y por la mañana murió de un infarto. Era un muchacho joven de treinta y tantos años, no llegaba a los cuarenta, de aquí de torrente.
Joël: Se decidió a tiempo, pues.
Antonio: El Dios que yo conozco es un Dios bueno, un Dios que vino a salvar al mundo, pero también habrá un juicio. Jesús, quien es Dios, y Creador, lo creó todo con tanta sabiduría. Nada de lo que hizo fue por casualidad, y esta entrevista tampoco es por casualidad: Hay personas que leerán estas palabras y serán salvas. Nuestra misión es llenar el cielo, que la gente conozca a Cristo. Quiero decir a todas estas personas que no creen, que sean ateas, que estén apartadas, que tienen un final, que no saben la hora cuando Dios las llama, pero que hay que tener las maletas preparadas. Hay una esperanza, Dios vino para dar vida eterna, Dios dio su vida para que escojas la vida eterna. Me maravilla ver a misioneros predicando el evangelio en zonas prohibidas.
Joël: ¿Compartes tu fe con otros?
Antonio: Desde que me convertí plenamente pues he ido compartiendo la fe, a veces he espantado la gente porque he hablado demasiado, pero ahora por el tiempo veo que es Dios quien te tiene que poner las palabras.
Joël: Antonio, ¿recuerdas específicamente alguna conversión, algún momento en el que compartiendo tu fe con una persona, ella haya entregado su vida a Cristo?
Antonio: No, yo simplemente he sembrado la semilla y le he dejado el crecimiento a Dios. Recuerdo otro caso de un muchacho creyente que salía con una prostituta pero que no iba a la iglesia, le hablé. Dejó el pecado y se puso a servir a Dios.
Joël: ¿Qué dirías a los cristianos que tienen miedo al rechazo si comparten su fe?
Antonio: Esto está en la palabra de Dios:”Bienaventurados sois cuando os vituperen”. Dice Jesús que si alguien le negare delante de los hombres, Él lo negará delante de Su Padre. Entonces, cuando veas una oportunidad de decir “yo creo en Jesús”, pues si te rechazan, ¡que sea por algo que haces! Recuerdo a un misionero que fue enviado a una isla del Pacífico. No le dejaron predicar nunca, pero mostró a Cristo con su forma de vivir. Falleció y fue enviado otro misionero allí, al cual dejaron hablar de Cristo, ¡únicamente porque habían visto al primer misionero “hablar” de Cristo… sin hablar!
Joël: Entonces crees que es importante el testimonio, ¿verdad?
Antonio: Tanto es el hablar como el hacer. El problema del cristianismo muchas veces son los cristianos, el mal testimonio que damos a veces. Uno nopuede tener un pecado y estar predicando de una salvación a la cual no tendráél mismo acceso por su pecado. Uno no puede ser un alcohólico y estar predicando de Cristo porque sabe que no entrarán los borrachos al Reino de los Cielos, dice la palabra de Dios, ni los adúlteros, ni los fornicarios. Primero, pongamos nuestra vida en orden, con la ayuda de Dios, claro. Somos el templo del Espíritu Santo, y este templo ha de ser limpiado. Y también, ayudemos al hermano que cayó en pecado, no somos ninguno de nosotros perfectos.
Joël: ¿A lo largo de los años has visto el poder que tiene el evangelio de Cristo?
Antonio: Mira. Hay un misionero, no sé de donde es, muy acaudalado, al cual Dios pidió que fuera a Chernóbil. Murieron varios hijos suyos de cáncer, sin embargo se fue a esa área.Ese es el poder de Dios: El dejarlo todo por Dios, tus bienes y todo, y decir:“no me importa, voy”. Este es el poder muy grande de Dios, hablar de Él; y simplemente estar ahí en la iglesia y oír como el Señor habla a través de un hombre, es el poder de Dios.
Joël: Así que estoy compartiendo un mensaje que tiene un poder extraordinario ¿verdad? ¿Por qué temer?
Antonio: Jesús venció la muerte, ¿te parece poco? Y nos ha dado un reino eterno, gloria a Dios. Y bendito todo aquel que pueda entrar. Pasaremos el umbral de la muerte física, el cual Jesús pasó…y nos acompañará cuando a nosotros nos toque.
Joël: ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo?
Antonio: es todo, es él que te ha acompañado de pequeño, hay que conocerlo, buscarlo, él te dice: ”Yo he estado contigo”. Le dices: “Dios mío, dame esto o aquello, aunque sean pequeñas tonterías. Yo muchas veces voy hacia Torrente, hacia la casa y le digo al Espíritu Santo: “Dame una plaza de aparcamiento”, y mi hijo me dice: “Cómo se va a poner Dios a buscarte a ti aparcamiento? Le contesto: “Sí, ya verás”. Aparte, ahora con lo que me han detectado, busco más de Dios porque ya no estoy trabajando y tengo más tiempo.
Joël: Te hemos entrevistado por el testimonio que te acompaña, por la luz que hay en ti, por la gracia de Dios obrando en tu vida, en tu familia.
Antonio: Gloria a Dios. Ya digo, ha sido un paso hacia adelante a través de mi enfermedad. La iglesia se volcó toda en hacer ayunos, oraciones. Ha sido un poquitín de crecimiento. Sé que también hay ataques del enemigo porque somos personas que a veces le abrimos puertas. Hay un reino de la luz, pero también hay un reino de las tinieblas, y aunque la gente no quiera voy a deciros esto: Fijaos los esquizofrénicos, estas personas que oyen voces y siempre llegan al suicidio o a matar a alguien. Esas voces son de espíritus inmundos, de demonios. Daos cuenta de que no hay ningún esquizofrénico que busque hacer el bien, replantar árboles, ir a un hospital para estar a la cabecera de los enfermos,…Cuando una madre mata a sus hijos; una muchacha decide abortar porque se le mete en la cabeza que no va a poder criar al niño; unos mandatarios llegan a matar a mucha gente, como en la segunda guerra mundial: todo ello son obras del diablo, y muchas de estas obras están encubiertas. Entonces hay un reino de la luz pero hay un reino de las tinieblas y yo creo que se tiene que tratar de huir de este reino. O estás en un sitio o estás en otro, no te puedes quedar en el medio.
Joël: ¿Cómo mirar hacia el futuro observando este mundo con tanta necesidad de Cristo?
Antonio: Mirando hacia Dios, enfocándose uno en Dios, y Dios ya le tiene que dirigir a uno los pasos, pues ir sin Dios es perder el tiempo. Dios dice: “Estaos quietos y mirad que yo soy Dios”. Lo único que tenemos que pedirle es que nos use en la manera que quiera.
Joël: Observando la situación del mundo y nuestra función en el mundo, ¿hacia dónde crees que Dios está mirando? ¿Hacia la salvación de las personas?
Antonio: Claro, por supuesto.
Joël: Entonces, ¿cómo los cristianos han de ser usados por Dios? ¿Cuál es su misión, y la visión que deben tener?
Antonio: Ganar almas y edificar. Cuando dice Dios: “envía obreros a la mies”, hay quien siembra (evangeliza), hay quien recoge, hay quien edifica, hay maestros… Es como en la agricultura: Está sembrada la semilla, vendrá un día que se tendrá que recoger. “Id por todo el mundo y haced discípulos”: pero hay que orar por aquellos que van a recibir la Palabra de Dios (la semilla) para que, dirigidos por el Espíritu Santo, empiecen a congregarse en un lugar donde se les vaya a discipular.
Joël: En definitiva, Antonio, podemos ver en ti un brillo, una luz que resplandece, que es la luz de Cristo a través de tu vida, y damos gracias a Dios por tu vida, por la de tu familia, por lo que Dios está haciendo aun en medio de las dificultades y pruebas duras.
Antonio: yo no veo ninguna dificultad y ninguna prueba dura. Voy al hospital de oncología a que me pongan la quimio y parece que yo sea más sano que mi hermano que me acompaña.
Joël: Ya lo decía el apóstol Pablo, que se gozaba en medio de sus debilidades (2ª Corintios 12:10).
Antonio: Claro, sino el mismo diablo le hubiera pisado y hundido.
Joël: Maravillosa riqueza es vivir en esta salvación en Cristo, y es un testimonio poderoso.
Antonio: El otro día hablé con una persona y le dije que a mí me gustaría llegar a los enfermos terminales. Yo sentí que era de parte de Dios, y que realmente terminales son todos. Entendí en aquel momento que cuando uno nace, se le pone el reloj en marcha. Esa es una gran verdad. Tú no sabes cuando vas a entregar tu hoja de examen, cuando se acabará tu vida.
Antonio: ¿Alguna pregunta, Chao Yang?
Chao Yang: Por ejemplo, ¿has pensado alguna vez cómo es el cielo?
Antonio: No, he leído, he visto que son de colores muy bonitos y tal.
Chao Yang: ¿Y tienes ilusión de ir al cielo? Muchas veces, aunque somos cristianos, vivimos en este mundo y sabemos que hay cielo, nos parece que el cielo tiene una distancia. ¿Has preguntado a Dios cómo sería el cielo?
Antonio: No sé, he visto películas. Dicen que hay flores, que hay cosas bonitas. Dice que hay un mar de cristal, que hay un río con peces, que todo aquel que se sumerge no tiene enfermedades. Tiene que ser muy bonito.
Joël: Pues, Antonio, te damos las gracias profundamente desde el Ministerio Evangelístico Cristo el Salvador por tu disposición en realizar esta entrevista. Te hemos contactado porque sabemos de parte del Señor que esta entrevista será de mucha bendición para muchos, no solamente en el día de hoy, sino en el futuro. Y damos gracias a Dios por tu vida, por lo que Él ha hecho, está haciendo y seguirá haciendo, por lo que hará en ti y en tu familia. Gracias a Dios porque tu vida está dentro de los designios divinos, y ésta es la confianza más hermosa que uno puede tener. Te bendecimos, te honramos, honramos a Cristo por encima de todo a través de tu vida y te damos las gracias por esta entrevista, querido hermano en Cristo.
Antonio: Amén. Me gustaría decir una cosa. Por muchas dificultades que pase, todo pasará, todo va a pasar. Que tarde un poquito más, un poquito menos, si pones la confianza en Dios tienes esa tabla de salvación donde agarrarte, a quién pedirle y quien te puede orientar.
Joel: Muchas gracias, Antonio.
Antonio: Muchas gracias a vosotros. La esperanza de la sanidad que Dios puede poner conmigo es testimonio, sé que nosotros no necesitamos milagros para creer en Dios, pero hay mucha gente que sí. Entonces eso también lo creemos y es importante. Dios da a conocer que Cristo salva y sana hoy, como anteriormente.
Joël: Entonces, ¿te gustaría ser sanado para poder compartir lo que Dios ha hecho contigo?
Antonio: Sería para decir: ¿Habéis visto?¡Mirad los papeles y como soy! ¡Dios lo ha hecho! Pero Dios es soberano.
Joël: Se produzca o no la sanidad, ¿verdad?
Antonio: Dios es soberano, Él puede hacer y deshacer lo que quiera. El de la nada lo creó todo. Eso es todo.
Muchas gracias a cada hermano y hermana del Ministerio Evangelístico Cristo el Salvador (MECES) que han hecho posible esta entrevista, así como su edición y publicación.
Nota: Antonio partió con el Señor el 5 de febrero de 2020. Alcanzó la meta con Cristo Jesús y le sirvió hasta el último latido de su corazón, pues incluso dos horas antes de su partida estaba preguntándole a su esposa sobre el estado espiritual de un hermano que se había enfriado en la fe, pues no dejaba de orar por conversos e inconversos. Hermoso ejemplo de vida para cada uno de nosotros. Alabado sea el Señor.
Me a tocado el corazón la Fe de Antonio es grande y de mucho ánimo y esperanza a todos el se a ido ya lo ex are de menos lo considero un amigo aunque él esté allí siempre lo tendré aquí lo quiero a él y a toda la familia
Me a tocado el corazón la Fe de Antonio es grande y de mucho ánimo y esperanza a todos El se a ido ya y lo ex are de menos lo considero un amigo aunque él esté allí siempre lo tendré aquí lo quiero a él y a toda la familia
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Desde MECES queremos darte las gracias por todo su apoyo y sus oraciones. ¡Que Dios te bendiga hoy y siempre por ser un amigo y parte vital de la familia de MECES!
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He oido a Antonio y se me pusieron los pelos de gallina con que frialdad describe su conversion , su enfermedad ,su fuerza en ayudar a las personas y me quedo con sus ultimas palabras, Dios es soberano el puede hacer y deshacer lo que quiera ,bendita su palabra amigo Antonio espero estes en su gloria. Amen y que Dios te cuide alli en lo alto. Te echaremos de menos.