El pasado 10 de febrero de 2024, coincidió con el año nuevo chino según el calendario lunisolar tradicionalmente utilizado en China, tratándose del evento más importante del año no solo en China, sino también en otros países del sudeste asiático.
Para el ministerio MECES, dentro del proyecto global de evangelización a la comunidad emigrante china, cada año nuevo chino es una oportunidad muy especial para evangelizar, tanto en la víspera de la festividad y en este caso a lo largo de todo el mes de enero del año 2024, como en las primeras semanas de febrero del año 2024.
Es así que en varias ciudades de España, concretamente en Madrid y Valencia, se han desarrollado diversas actividades evangelísticas, contando con material evangelístico en chino y muy especialmente con el llamado «chunlian» (春联), que son escritos con caracteres chinos que representan buenos deseos para el año que comienza, como prosperidad, salud y felicidad, que se colocan en las puertas de las casas o tiendas. Sin embargo, MECES ha diseñado específicamente este cartel con un mensaje evangelístico en su interior, manteniendo su esquema visual tradicional pero dándole un sentido pleno al incorporar pasajes bíblicos y una clara explicación de la verdadera riqueza y fortuna (pues estas dos palabras son las que resaltan en el cartel en tamaño gigante), riqueza que está en Cristo Jesús y se obtiene gratuitamente por el sacrificio que Cristo pagó en la Cruz con su muerte.
A destacar pasajes bíblicos como los siguientes, entre otros; “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21). “También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró” (Mateo 13:45-46). “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. (…). A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Timoteo 6:10,11,17).
Este mensaje cobra todo su sentido en un contexto en el que estamos mayoritariamente ante una comunidad emigrante china de comerciantes, donde facilmente el afán por las riquezas se convierte en el centro de sus vidas, existiendo una falsa seguridad basada en los bienes materiales y donde también tienen una cultura de trabajo muy arraigada, donde para muchos su confianza o incluso su “dios” está en una cultura del esfuerzo y en obtener más dinero. La Biblia es clara al instarnos a tener puesta nuestra confianza en Dios y a esforzarnos en el trabajo pero poniendo a Dios como nuestra prioridad, anteponiendo la comunión y el servicio a Dios como una entrega de lo mejor de nuestro tiempo y recursos económicos al Señor.
No debemos olvidar que somos llamados a vivir como Jesús vivió, siendo nuestro modelo por excelencia, quien nos exhortó a vivir una vida ocupándonos prioritariamente de los asuntos espirituales del Reino de Dios y de vivir rectamente (véase Mateo 6:33), y recordándonos que todo lo demás que necesitamos nos será añadido en cuanto a nuestras necesidades para la vida. Esto no significa que no debamos de trabajar, sino todo lo contrario, pues la propia Escritura nos dice en 1 Timoteo 5:8 que “si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”, y en Proverbios 10:4-5 que “La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza”.
Por tanto, siempre lo mejor de nuestro tiempo y recursos debe de ser dedicado a Jehová. Nuestros proyectos de crecimiento económico o empresarial, pasan a un segundo plano cuando comprendemos que la vida cristiana es un camino en el que somos llamados a sustituir nuestros deseos y afanes personales por los deseos de Dios para con nosotros.
Esto no significa que no podamos emprender y prosperar económicamente, pues Dios desea que seamos prosperados en toda área, pero sin olvidar que debemos vivir como extranjeros y peregrinos en este mundo (véase Hebreos 11:13 y 1 Pedro 2:11), y que como dijo el Apóstol Juan, “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17).
Es así que en la ciudad de Valencia, pudimos con la colaboración de un buen grupo de jóvenes de la Iglesia Cristiana China en España (ICCE) de Manises, evangelizar comercio a comercio el barrio chino de Valencia, sito en La Roqueta (Valencia), junto a la Estación del Norte. La receptividad fue muy buena y hubieron muy buenos contactos y conversaciones de profundidad. Además, para algunos de estos jóvenes cristianos fue su primera experiencia evangelizadora, compartiendo el Evangelio a compatriotas de su mismo pueblo en su idioma nativo.
La comunidad china en Valencia tiene una historia relativamente reciente en comparación con otras grandes ciudades españolas. Su presencia en la ciudad ha crecido de manera notable desde finales del siglo XX, y actualmente es una de las más destacadas en términos de número de habitantes y de integración en la vida social y económica local, con una población china estimada de entre 15,000 y 20,000 personas.
Valencia, como ciudad costera y con un puerto importante, se ha convertido desde los años 80 y progresivamente en un destino más y más atractivo para los emigrantes chinos. La propia ciudad de Valencia abraza anualmente una celebración de año nuevo chino que genera gran interés en la gente local, con desfiles y un ambiente chino festivo entre la Plaza del Ayuntamiento de Valencia y el barrio chino. En este mismo lugar y momento, el ministerio MECES pudo compartir el Evangelio a multitud de familias emigrantes chinas, e incluso los propios españoles y de otras nacionalidades estaban interesados en los materiales que repartíamos y pudimos explicarles el mensaje y compartirles de Cristo Jesús.
Asímismo, el barrio chino de Usera en la ciudad de Madrid, y el Polígono Industrial chino Cobo Calleja en Fuenlabrada (Madrid), que es el área industrial china más grande de Europa, fueron parte de los eventos evangelísticos del ministerio MECES para con la comunidad china a principios de febrero del año 2024, acudiendo a multitud de comercios chinos y evangelizando en las calles, con un gran alcance evangelístico para la exclusiva gloria y honra de Dios. Hubieron conversiones a Cristo y muy buenos contactos, y vimos una vez más la mano protectora y guía de Dios.
En el barrio de Usera, aprovechamos la entrada de año nuevo chino, con la celebración de un evento relacionado en el Parque Pradolongo de Madrid, para llegar a multitudes que recorrían las calles en dirección a dicha celebración. Asímismo, mientras la comunidad budista recorría las calles y entraban a comercios chinos con sus vestidos de dragón, considerándose como una atracción de la buena suerte, la prosperidad y la fuerza, así como para ahuyentar los malos espíritus, el ministerio MECES alumbraba las calles y comercios con la luz de Jesucristo, el Salvador, Único Dios para la salvación de cada persona en este mundo y de cada nacional chino, pues como Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 3:16).
Lo descrito se reprodujo también en el Polígono Industrial Cobo Calleja, ya conocido el equipo MECES en la zona por otras campañas evangelísticas en años anteriores, pero con gran receptividad e impacto para con la comunidad china presente, al contar con el citado cartel tradicional chino con un mensaje bíblico tan providencial y al sentir el amor de Dios por medio de la dedicación del equipo MECES a esta comunidad en cuanto a la búsqueda del bienestar de sus almas por medio de la pretensión y gran necesidad de urgente reconciliación con Dios, vía arrepentimiento de pecado y fe en Jesucristo.
Asímismo, fue de enorme bendición encontrarnos con otros hermanos e iglesias cristianas chinas en estos lugares, ofreciendo siempre nuestra colaboración y apoyo.
Glorificamos a Dios Padre, Hijo y Espíritu, por esta obra de gracia no sólo para con la comunidad china, sino también para con muchas personas españolas y de otras nacionalidades que pudimos evangelizar. También agradecemos a Dios el haber podido contar con los recursos necesarios para gastos de edición, impresión, hoteles, vehículo de alquiler (nuestro vehículo estaba averiado durante varias semanas), combustible y muchos otros gastos relacionados.
Agradecer a cada donante, también a las entidades u organizaciones cristianas que nos han provisto nuevos testamentos en chino y otros materiales.
Les recordamos que el ministerio MECES como entidad religiosa cristiana evangélica, se sustenta únicamente con las donaciones voluntarias, y no cuenta con financiación de ninguna otra entidad pública o privada, animándoles a que puedan colaborar de cualquier forma que Dios disponga en sus corazones, de forma que podamos seguir desarrollando el proyecto de evangelización a la comunidad emigrante china, de alcance mundial, así como muchos otros proyectos de evangelización que se están desenvolviendo desde el año 2017.
Les saluda, Joël D. Álvarez, Director MECES.
E-mail: info@meces.org
Tel.: +34 693 619 324
Desde MECES queremos darte las gracias por todo su apoyo y sus oraciones. ¡Que Dios te bendiga hoy y siempre por ser un amigo y parte vital de la familia de MECES!
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