Miremos por donde miremos, se observa el cumplimiento de una señal tras otra de las indicadas en las Escrituras respecto del fin de los tiempos. Y es que no podemos escondernos ante dicha realidad, por medio de la cual Dios nos está recordando pacientemente y de forma repetitiva que debemos de estar preparados para el encuentro con Él.
Recordemos a continuación con brevedad algunas de estas señales del tiempo del fin, definidas por el propio Jesús como principio de dolores (véase Mateo 24:8).
GUERRAS Y RUMORES DE GUERRAS
Las Escrituras advierten como una señal del tiempo final que “oiréis de guerras y rumores de guerras; (…). Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino” (Mateo 24:6-7).
Tales conflictos bélicos que no dejan de producirse de forma constante, con gran intensidad y afectación en muchos rincones del planeta, han derivado en grandes matanzas, como el genocidio de Ruanda, donde en el año 1994 y en tan solo unos pocos meses, más de un millón de personas fueron asesinadas, la mayoría de la etnia tutsi a manos de sus hermanos los hutus. Esto es sólo un ejemplo de tantos que pudiéramos enumerar, no sólo de la historia pasada sino del presente.
En muchos de los conflictos bélicos acontecidos, durante o después de la guerra, ha sido en muchos casos tan grande la destrucción, que la hambruna ha sacudido naciones enteras, siendo ésta una señal referida también en Mateo 24:7 como “hambres”, y cuya causa no han sido solamente las guerras, sino motivos también como la sequía o la ruina económica de un país, siendo actualmente millones de personas en el mundo las afectadas en un contexto de hambruna, con un incontable número de muertes por esta causa.
Pero aún en medio de un contexto tan terrible como el expuesto y vivido por tantas personas, la mano poderosa de Dios en cuidados, amor y salvación eterna llega a diario a muchos rincones de la tierra, en muchas ocasiones por medio de la obediencia de muchos que deciden entregar sus vidas a la causa de Cristo, aún a costa de poner en riesgo sus propias vidas y las de sus familias, ante una infinidad de peligros que les acechan en el desarrollo de su servicio al Señor en territorios con gran inestabilidad política, económica y social.
TERREMOTOS Y TODA CLASE DE CATÁSTROFES NATURALES
Leemos en Mateo 24:7 las palabras de Jesús en el monte de los olivos respondiendo a los discípulos respecto de cuáles serían las señales antes de su venida, indicando que “habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares”. Asimismo, en Lucas 21:11 NVI “Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias por todas partes, cosas espantosas y grandes señales del cielo”.
Es así que algunos dirán que siempre ha habido terremotos y otras catástrofes naturales. Sin embargo y como un mero ejemplo, estamos viendo con mucha frecuencia terremotos en lugares donde no hay registros de que fueran zonas sísmicas y donde históricamente no han sido regiones de temblores. La tierra está gimiendo como en dolores de parto, anunciando el tiempo del fin y la pronta venida del Señor Jesucristo a por Su iglesia.
Como dato de interés, saber que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cifra en una media anual de 335 desastres naturales y decenas de miles de fallecidos anualmente, por medio de huracanes, terremotos, inundaciones, pestes, sequías, tsunamis, erupciones volcánicas, entre otros.
LA APOSTASÍA Y EL AUMENTO DE LA MALDAD EN EL MUNDO
La apostasía refiere a aquellos que, habiéndose entregado a Cristo, se desviaron o apartaron a posteriori de la fe y única verdad en Cristo que una vez profesaron. Este es un gran peligro del fin de los tiempos y se está produciendo como nunca antes en todo el mundo. Lean lo que el apóstol Pablo, dirigido por el Espíritu Santo habló:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). Y añade que “vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4). Me parece muy clara la versión Dios Habla Hoy (DHH) de estos mismos pasajes, cuando afirma que “va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que sólo les enseñen lo que ellos quieran oír. 4 Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos” (2 Timoteo 4:3-4 DHH).
Seamos cautos, no nos dejemos llevar por cualquier viento de doctrina. Pidamos discernimiento de espíritus al Señor y afirmemos sólidamente nuestra vida en Cristo por medio de la aplicación de Su Santa Palabra, la Biblia. Conozcamos bien las Sagradas Escrituras, instruyámonos en las mismas bajo una comprensión plena por el Espíritu de Dios, sin permitir que la confusión o errónea interpretación de esta nos alcance. Recordemos que necesitamos del Espíritu Santo, también llamado Espíritu de Verdad, el cual nos “guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13).
Otro mal del tiempo final es el aumento de la maldad en el mundo, advertido en la Palabra de Dios al referir el propio Jesús a sus discípulos que “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). También el apóstol Pablo advierte a Timoteo sobre esto; “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3:1-5).
No existe ni un solo sistema judicial en el mundo, capaz de abarcar el volumen de acción delictiva actual. Los Juzgados y Tribunales estás desbordados. El sistema normativo penal va con retraso respecto del avance de las nuevas formas delictivas. No es posible legislar al ritmo en que desenfrenadamente avanza la maldad en el mundo. Incluso los tribunales penales internacionales no logran en muchos casos imputar y condenar personas que han cometido crímenes de lesa humanidad, que han implicado en algunos casos la muerte de millones de personas.
Pero esta no es la única expresión de maldad en el mundo. En general, la población del mundo, independientemente de su edad y contexto cultural o social de vida, están en una más y más grande rebelión y alejamiento respecto de Dios y de la ética o la moral. Es suficiente con ver la sorpresa de muchos ancianos, al ver el desenfreno con el que están viviendo las nuevas generaciones.
Estamos ante una ola de independencia respecto de Dios como nunca antes se ha visto, y que está afectando al mundo entero. El antropocentrismo en su máxima expresión, centrando la vida en la egoísta autosatisfacción, a través del libertinaje que este mundo ofrece y expresado por medio de multitud de placeres temporales, que son como aquella mujer extraña cuyos labios “destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite;Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol” (Proverbios 5:3-5).
Pero hay una buena noticia. Estamos en un momento de la historia único para poder ver en su máxima expresión la aplicación de lo referido en Romanos 5:20, en cuanto a que donde el pecado abunda, la gracia sobreabunda. Y es que, en el lugar más oscuro es donde la luz se ve más, por lo que en este tiempo alumbrando con la luz de Cristo en y a través de nosotros, podemos ocupar un papel esencial para el mundo actual.
Recuerdo un paseo que hice en la montaña, encontrándome en la ruta un paso subterráneo por el que se cruzaba a otro valle. Estaba completamente oscuro y se estrechaba el paso más y más. Para aquellos que tienen claustrofobia, pudiera haber sido agonizante. De repente, mientras lo cruzaba comencé a ver algo de luz a una distancia no muy lejana, ¡era la salida! Al ir acercándome más y más, una alegría enorme me invadió, pudiendo ver de nuevo la luz del sol, el cielo azul y una abundante vegetación con sus distintas tonalidades verdosas. ¡Cuánto más impactante será esto en lo espiritual para el inconverso! Pues hallándose en medio de tan profunda oscuridad, qué extraordinaria experiencia será la de encontrar esperanza y salvación por medio del alumbramiento del Espíritu de Dios hacia su vida.
Por tanto y, en definitiva, así como tiempo atrás fuimos rescatados de una vida sin Cristo, ahora debemos de ser instrumentos de alumbramiento en las manos de Dios hacia este oscuro mundo, siendo comisionados por Cristo en esta misión a desarrollar como un estilo de vida diariamente y en todo lugar por el que vayamos.
PERSECUCIÓN A LOS CRISTIANOS
También a sus discípulos señaló Jesús que “os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mateo 24:9). Los propios discípulos lo experimentaron en sus propias carnes, perseguidos y acabando casi todos ellos como víctimas de una muerte violenta. Ya les fue advertido por Jesús que “El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; y el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió” (Lucas 10:16 NVI). Si ellos fueron perseguidos nosotros también lo seremos.
La persecución está aumentando en el mundo. Muchos países en los que hasta hace poco se podía predicar el Evangelio con libertad, comienzan a tener más y más restricciones para impedirlo. La opresión al cristiano por parte del mundo aumenta. Los ordenamientos jurídicos de muchos estados que se hacen llamar democráticos, en realidad están restringiendo más y más el derecho a la libertad religiosa.
Desde una persecución institucional e ideológica, hasta una persecución que atenta contra la integridad física del cristiano y de su familia. Hoy en día, son muchos los que están siendo afectados por esta represión diabólica, sea con la marginación social o laboral, las agresiones psíquicas o físicas, torturas, asesinatos y mucho más. Debemos de ser conscientes de esta situación de persecución más y más extendida y agravada.
Pero podemos afirmar rotundamente que nada podrá detener el Santo Evangelio de Jesucristo. Toda esta situación no impedirá que sigamos creyendo y compartiendo de Jesucristo al mundo. El Evangelio de salvación, que trae Vida abundante al alma necesitada y en sequedad, seguirá siendo predicado hasta el último rincón de la tierra. Porque sólo hay un Dios, sólo hay un Salvador, Jesucristo, quien forma parte de la Trinidad Divina con el Padre y el Espíritu Santo, teniendo Dios todo el poder y siendo el Vencedor.
Así pues, vivamos plenamente confiados en el Señor en medio de toda dificultad y tribulación, y recordemos las palabras de Pablo, con las que concluiremos con plena paz en nuestro interior este apartado:
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:35-39).
¡No tenemos nada que perder! ¡Recibiendo a Cristo en nuestras vidas y sirviéndole fielmente hasta el último latido de nuestro corazón, con el cielo como destino eterno, hemos obtenido el regalo más grande y valioso que podamos recibir! Oh Dios, gracias por Tu salvación hacia nosotros, por el presente y el futuro, eternamente contigo, en Cristo, amén.
EL EVANGELIO PREDICADO EN TODO LUGAR
Una señal muy importante es la de que el Evangelio haya sido predicado en todo el mundo, tal y como se establece en las Escrituras, por medio de lo afirmado por el propio Jesús en cuanto a que “será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin» (Mateo 24:14).
Hoy en día, a través de la globalización y la mejora en los medios de transporte, unido al alcance que los medios de comunicación tienen por medio de la televisión e internet, es indudable que ya se está produciendo la llegada a todo el mundo de las Buenas Nuevas de salvación en Cristo.
Durante un tiempo estuve colaborando como parte integrante de una organización cristiana de alcance mundial, con proyectos de alcance evangelístico y de difusión de las Sagradas Escrituras a más de 180 países en el mundo, y puedo deciros con seguridad que el Evangelio está llegando hasta las tribus y lugares más recónditos del planeta tierra.
PREPARADOS PARA LA VENIDA DEL MESÍAS
Hemos comentado brevemente algunas de las señales que indican el cercano regreso del Mesías, pudiendo concluir con plena certidumbre que ¡Cristo viene pronto! ¡Jesucristo viene pronto! ¡Él vuelve, en Su segunda venida! ¡Viene ya, viene ya, mi Jesús viene ya!
La trompeta está a punto de sonar. Debemos de vivir cada día como si fuera el último. Usted y yo debemos de vivir cada día velando “porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor» (Mateo 24:42).
Faltan segundos del reloj de Dios para Su venida. Estamos viviendo un tiempo apocalíptico. ¿Estás preparado para recibirle? ¡Yo me voy con Él! ¿Y tú?
*Todos los pasajes bíblicos
Capítulo 9.- Otras señales de la cercana venida de Jesucristo.
Libro “Reflexiones bíblicas necesarias en tiempos de pandemia”, 2020.
Autor: Evangelista Joël D. Álvarez.
E-mail: info@meces.org
Tel.: +34 693 619 324
Desde MECES queremos darte las gracias por todo su apoyo y sus oraciones. ¡Que Dios te bendiga hoy y siempre por ser un amigo y parte vital de la familia de MECES!
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